jueves, 25 de agosto de 2011

Cocodrilo Asesino (Saga)


Cocodrilo Asesino

 Titulo Original: Killer crocodile (Coccodrillo assassino)
Año: 1989
Duración: 90 min.
País: Italia
Director: Fabrizio De Angelis
Guión: Fabrizio De Angelis
Música: Riz Ortolani
Fotografía: Federico Del Zoppo
Reparto: Richard Anthony Crenna, Ann Douglas, Ennio Girolami, Bill Wohrman, Sherrie Rose, Julian Hampton, Van Johnson, John Harper
Productora:  Fulvia Film
Género:  Terror





Los italianos son grandes personas y sobre todo grandes cineastas concienciados en dejarnos perlas de sabiduría a cada producción que afrontan.

Un director italiano sabe que no tiene sentido hacer una película mala, las películas malas se olvidan fácilmente. Si no vas a hacer una película buena, al menos haz que una que recuerden. Ya de ser malo, sé el peor. 




Un director italiano sabe que no tiene sentido tratar de esconder unos malos efectos especiales. El público se da cuenta igualmente de que son malos. Si no tienes buenos efectos especiales no importa, lúcelos a la luz del día a plano completo y todas las veces que puedas. 


Un director italiano sabe que no hay que tratar de esconder que estas aprovechándote del éxito de otra película y que la tuya no es más que una variación de alguna producción de moda de Hollywood, el público se da cuenta por mucho que lo disimules. Si copias, está bien hacerlo hasta el final. Nadie te va a culpar por plagiar secuencias enteras, al menos si no tienes la pretensión de estrenarla en los cines de USA. Copiar el tema principal de la banda sonora de esa película que da origen a la tuya tampoco está mal, ayuda al público a encontrar terreno familiar.

Un director italiano sabe que si en el guion no hay una ración adecuada de gore o piel femenina hay que hacer algo. Hacer que una mujer se desnude sin motivo o hacer un plano de detalle de una hélice picando carne durante medio minuto está bien, de lo contrario el público lo habría echado de menos.

Un director Italiano sabe que eso de crear suspense ocultando a su criatura es un mito, el público podría echarlo de menos, ya que es probable que sea más fácil empatizar con el monstruo que con los personajes humanos. Que en los primeros cinco minutos haya matado a tres personas y aparecido cuatro veces está bien. Eso de que se pierde impacto es un mito, todo director italiano sabe que con lo que tiene entre manos no hay impacto ni en la primera ni en la última vez que aparece.


Un director Italiano sabe que no necesita personajes carismáticos. La película ya provee uno: el monstruo. Está bien hacer que a cada minuto que sean los personajes sean cada vez más insoportables y ridículos, así su muerte resulta más satisfactoria.


Un director Italiano sabe que la función de esos personajes es ser devorados por el monstruo, nadie espera otra cosa. Está bien hacer que estos se esfuercen por ser devorados, incluso que algunas veces fallen en su empeño, eso sí crea suspense.


Un director Italiano sabe todo esto y más, y nos ofrece todo este conocimiento en forma de celuloide para que aprenderlo nos resulte más ameno.

¡Bravo por los directores italianos!



Cocodrilo Asesino 2 

Título Original: Killer crocodile 2(Coccodrillo assassino 2)
Año: 1990
Duración: 82 min.
País: Italia
Director: Giannetto De Rossi
Guión: Fabrizio De Angelis, Giannetto De Rossi, Dardano Sacchetti
Música: Riz Ortolani
Fotografía: Giovanni Bergamini               
Reparto: Debra Karr, Richard Anthony Crenna, Ennio Girolami, Tony de Noia, Héctor Álvarez, Clara Ginenez
Productora: Fulvia Film
Género: Terror







Si hay una cosa que saben hacer los cineastas italianos es aprovechar su trabajo. Muchas veces se leen historias sobre rodajes donde se cuenta que con todo el material grabado podrían hacerse varias películas, y obviamente alguien, tarde o temprano, tenía que decidir hacerlo.

Rodada simultáneamente con la primera parte, de los apenas ochenta y dos minutos que dura esta producción, alrededor de quince o veinte pertenecen a su primera parte y otros quince o veinte son imágenes de archivo. Viendo el poco tiempo que queda, el director Gianneto De Rossi (también encargado de efectos especiales de la primera parte) no se complica la vida. Sabe lo que tiene entre manos, sabe lo que el público espera cuando se sienta a ver Cocodrilo Asesino 2. Y de ninguna manera defrauda.

En los primeros cinco minutos nos recuerda por qué vimos y disfrutamos tanto la primera. En tan corto espacio de tiempo reutiliza una escena de la primera, nos enseña a una chica con un bañador elegido deliberadamente para transparentar, al cocodrilo y la primera muerte. Y todo ello mientras el tema principal de Cocodrilo Asesino nos recuerda que lo que estamos viendo no es más que una copia de Tiburón. ¡Bravo! ¡Bravo!
  
Tras tan potente arranque la función decae un poco. Hay que presentar a los nuevos personajes y aparentar que existe una historia. Así conocemos a nuestra protagonista, interpretada una guapísima Debra Karr, que tendrá que investigar nuevas irregularidades relacionadas con los residuos radiactivos en nuestra querida laguna. Su personaje es el de una mujer valiente, trabajadora y segura de sí misma, tanto que es capaz de adentrarse en los almacenes portuarios a escondidas con un vestido de noche, de adentrarse en un pantano a buscar residuos radiactivos con un vestido de noche o de pararse a desenredarse el pelo en la orilla de la laguna, a poca distancia de donde un cocodrilo del tamaño de un edificio ha intentado comérsela, con un vestido de noche
  
Parece que por momentos la película se olvida de lo que es, pero no es más que una estratagema para crear incomodidad y tensión en nuestras almas. Parece que se va a perder en tonterías, cuando de pronto vuelve… ¡y vaya como vuelve!

Hay cosas que uno difícilmente podría imaginar de una película de terror americana, no por sangriento sino porque considerarían terrible en su propio concepto, pero esta es una película italiana, y hace valer esa diferencia. Pronto nos encontramos a nuestro amigo el cocodrilo siguiendo de cerca a un grupo de escolares acompañados por unas monjas que recorren en barca la laguna. ¿Por qué hay un grupo de escolares acompañados por unas monjas recorriendo en barca la laguna? Esa pregunta no tiene respuesta, pero hay otra que si la tiene. ¿Qué ocurre a continuación? Estoy seguro de que ya lo imagináis: el cocodrilo ataca a los niños y a las monjas… ¡Y vaya si los ataca! Nadie acude a salvarlos, nada ocurre en el último momento que les libre de una muerte horrible entre las fauces del cocodrilo.



Pero la función no termina ahí. Apenas unos minutos después uno de los personajes que parecía un potencial protagonista se enfrenta al cocodrilo cara a cara, consiguiendo escapar en un primer momento. Huye de vuelta a la cabaña donde vive, a alertar a sus compañeros ¿y qué ocurre? El cocodrilo irrumpe como un tren de mercancías reventando la pared, devorando a sus ocupantes y arrastra la cabaña hasta el agua. Anotad este último hecho en vuestra mente, porque será crucial en el desarrollo de los acontecimientos que siguen.
  

Cuando llevamos cerca de media película entran en escena algunos de los personajes supervivientes de la primera parte. Repite el héroe, ahora menos ecologista y con más ganas de matar cocodrilos. Repite el cazador de cocodrilos, ahora menos superviviente que antes.


No tarda demasiado en aparecer una de las señas de identidad del cine italiano: el desnudo gratuito. En primer lugar se nos presenta una especie de tráiler, cuando nuestra heroína se queda en ropa interior porque tiene que saltar al agua a buscar un contador geiger que perdió y que podría estar en el fondo en alguna parte. No comentaremos la inteligencia del personaje al hacer eso a unos pocos cientos de metros en línea recta de donde el cocodrilo la atacó por última vez, pero sería algo digno de estudio. Y pocos minutos después se presenta el cuerpo de la señorita Karr en todo su esplendor acompañado de una de la mejor frase que podían haber usado. “¿Sabías que el miedo y las situaciones cercanas a la muerte estimulan y agrandan los órganos reproductivos masculinos?”. Seguro que todos habéis deseado en algún momento de vuestra vida que una mujer desnuda os diga eso.


Para este momento nos vamos acercando al final, pero aun queda uno de los platos fuertes. Los esbirros del malo (un empresario que quiere hacer un hotel, no el cocodrilo) tratan de encontrar a nuestros héroes, pero lo que encuentran es la cabaña antes hundida en el agua. Investigan que ha ocurrido ¡y entonces de entre los restos surge el cocodrilo, que se había camuflado entre la madera, y acaba con ellos! Nuestro querido cocodrilo de doce metros está hecho todo un ninja.
  
Los héroes se enteran, y rápidamente se lanzan en persecución del cocodrilo, que no está dispuesto a dejarse matar. Mientras cargados hasta arriba de dinamita tratan de darle caza nuestro amigo el cocodrilo se fija un nuevo objetivo; una familia que está disfrutando de un día de deportes acuáticos en la desembocadura de la laguna.  ¡Pero esta vez no le van a dejar que se salga con la suya! En un épico combate entre el hombre y la bestia, mano a mano, el cocodrilo cae al igual que lo hizo su padre… cogiendo incluso el plano rodado para la primera parte para acrecentar la moraleja de la película: la historia se repite.







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