domingo, 11 de septiembre de 2011

Crítica: Noche de Miedo, cine de aventuras puro y molón.

Contempladme, mortales, contemplad como molo.

Noche de Miedo, título español de Fright Night (título apropiado, de hecho), es una película de aventuras. Dicha aseveración podría parecer extraña para el inicio de una crítica de cine (es como poner de entrada "Mystic River es un drama"), pero no lo es tanto si uno se para a pensar en lo que la película pudiera parecer. Porque, de antemano, es una película que podría parecer de terror, y no es que no lo sea. Tiene suspense, tiene atmósfera (el barrio residencial en el que los protagonistas viven da mal rollo solo verlo en una cámara aérea), y tiene sustacos. Si uno ve posters, trailers, podría pensar que es una comedia negra, de lo cual tiene toques, guiños, multitud de pinceladas. Pero si uno se para a analizarla, a juzgarla en detalle, se dará cuenta de que todo eso subyace en un segundo plano. El terror, la comedia, son parte del tono que adereza esta aventura distendida, frenética en su segundo tramo e intrigante y divertida en el primero, un tono que en global está muy cercano al cine ochentero (en el cual se emplaza la original, que no lo he dicho, pero esta es un remake de una película que no he visto), quizás menos infantil y con bastante mala leche, pero muy próximo de todas todas. Quizás, solo quizás, lo más cercano sea Terroríficamente Muertos (Evil Dead 2).


Siendo así, uno puede ignorar ciertas carencias de la película, como que en el fondo no de miedo. No lo da. Genera tensión pero la que puede generar una escena de acción o una de suspense, genera mucha tensión por los personajes principales y secundarios (sufrí y mucho por Peter Vincent, o sease, un grandioso y ultra carismático David Tennant), pero no da miedo. Hay varias razones, Collin Farrell la primera. Collin mola, resulta inquietante a veces (magníficas sus escenas en el porche de casa y comiendo manzanicas), se come la pantalla cada vez que aparece, pero el cabrón no resulta aterrador. A ratos es patético, a ratos violento, y siempre muy, muy simpático, pero miedo no da mucho. Por mi parte no creo que esto sea un problema real, sino una decisión pensada. La película sabe que sus bazas están en una diversión mas ligera, en centrarse en su trío protagonista, en hacerles pasar por toda clase de aventurillas mientras se preparan para matar vampiros. El género se permite arquear un poco los moldes, pero no puede ser dos cosas a la vez. Podría tomarse esto como un fallo, pero hay tal nivel de entretenimiento, de diversión directa y sencilla que en realidad uno no lo cataloga como carencia.

"Carajo, tal vez esto es el Infierno. ¡Tener que quedarme en Brujas por toda la puta eternidad!"
(Nada que ver con esta película, pero me la pela, Escondidos en Brujas mola una barbaridad).

A nivel técnico, todo funciona sin fallos ni lucimientos. La fotografía a mi me gustó mucho, pero no entiendo demasiado. El guión es un claro ejemplo de guión funcional, sin tonterías ni estupideces, con dialogos ingeniosos y apropiados, ajustado a lo que quiere contar como una camisa de sastre. No es sorprendente, porque juega con clichés requetemanidos, pero lo sabe, sabe que cuenta una historia que en manos equivocadas podría ser más que ridícula y decide contarla bien, con personajes interesantes y lo suficientemente simpáticos y poco hostiables como para que todos te caigan bien.

En parte gracias al guión pero en gran parte gracias a la cojonuda elección de casting, se adecenta cualquier clase de arquetipo. Anton Yelchin lleva con soltura a ese clásico nerd reciclado en héroe, Imoen Poots, guapísima por cierto, sabe aparentar algo más que ser una tía buena y le saca partido al último cuarto de la película para darse lucimiento. Toni Collete pasa por ahí sin despeinarse, dejando al personaje menos interesante sin que caiga en el olvido. Y dos grandísimos, enormes, David Tennant y Collin Farrell, pues como ya dije, se comen cualquier plano que protagonicen y apena que compartan tan pocos juntos. Gracias a estos cinco actores, junto a Christopher Mintz-Plasse (con un friki malencarado con escenas muy entretenidas) soportan todo el peso de la película, la alzan por encima de una aventura corrientita al nivel de las grandes, y le aportan ese plus de buen hacer que cualquiera podría reconocer con solo echarle un vistazo.

Poots es del 89 y miradla, joer. Soy demasiado viejo.

Conclusión, en una sola frase: Una película molona y divertida que sabe conjugar todas sus bazas para hacerte reir y disfrutar durante más de hora y media. Muy recomendable.

Trailer de la peli.



PD: No he visto la anterior, asi que como remake no soy capaz de juzgarlo.

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