jueves, 25 de agosto de 2011

Marchlands: trascendiendo el lugar común

La sombra de 'Twin Peaks' es alargada. Una de las sensaciones de la temporada televisiva norteamericana ha sido 'The Killing' serie policiaca de la AMC, remake de la danesa 'Forbydelsen', ambas, por lo que me cuentan con un ojo puesto en el clásico catódico de David Lynch. En su día también se intentó en nuestro país hacer algo con ecos del crimen de Laura Palmer con la inefable 'Motivos Personales' de Telecinco, una serie que de tan afectada, desnortada y risible terminaba resultando una adictiva y simpática parodia involuntaria de Twin Peaks, con una Lydia Bosch más sobreactuada que Jack Nicholson en El Resplandor.

El canal británico ITV -que también emite la estupenda 'Downton Abbey'- viene a aportar su granito de arena a este revival las series de misterio con 'trama espectral' con 'Marchlands' que cuenta la historia de tres familias habitando la misma casa, en tres épocas distintas, finales de los 60, mediados de los 80 y en el presente, todas marcadas por la presencia del fantasma de una niña desaparecida y presuntamente ahogada en un lago cercano.






El arranque del episodio piloto apunta a bluff... La narración inicial resulta un tanto farragosa, con un montaje sincopado de escenas cortas de cada época (similar por cierto al inicio de 'The hours' pero sin Phillip Glass de fondo) estirando excesivamente la presentación -un tanto intrascendente- de cada historia. Los personajes parecen meros estereotipos y la historia avanza con cierta intriga aunque trufada de pequeños lugares comunes del subgénero 'fantaterrorífico' por momentos con chocantes ecos del terror nipón post-noventero al estilo Hideo-Nakata (Dark Water, The Ring). Puede temerse a primera vista estar ante un pastiche indigesto de serie de época british, drama familiar y ghost-story con sustos (agravado por un pobrísimo doblaje al castellano, algo que subsano tras la primera pausa publicitaria, pasandome a la VOS por gentileza de la TDT).



Sin embargo ya hacia el desenlace del piloto, todo parece ir cobrando forma: la narración comienza a fluir, las tramas familiares ganan importancia, los conflictos personales y tensiones psicológicas le quitan el protagonismo a los golpes de efecto, y poco a poco las tres historias inicialmente independientes se van entrelazando con una naturalidad sorprendente. El ritmo es pausado pero con el suficiente gancho para que uno no pueda apartar los ojos de la pantalla, atento a pequeños detalles que pueden ser claves para la resolución del misterio, que sin embargo acaba siendo una mera premisa para destapar la caja de pandora de otros muchos conflictos que la serie pone sobre la mesa.

De este modo la trama que se desarrolla en los 60 nos habla de la degradación de un joven matrimonio a raiz de la desaparición de su hija, centrándose en el vía crucis de una madre incapaz de superar que su pequeña ha muerto y en su intento de no caer en el abismo de la culpa y la depresión.


En la historia que transcurre dos décadas más tarde (seguramente la más sólida y compleja) seguimos los pasos de una familia de clase media, típico matrimonio feliz con hijo adolescente conflictivo e hija pequeña con amiga imaginaria fantasmal. Como en las mejores casas, vamos. El trauma para la propia niña por sentirse incomprendida y el miedo de la familia hacia ella tiene momentos de tensión psicológica y absoluto mal rollo; y los actores son magníficos.


Por último, en la narración contemporánea, conocemos a un matrimonio joven, a punto de tener un hijo... mientras el marido trabaja y sale a hacer footing (guardando algún secretillo en forma de amor platónico hacia una sordomuda, subtrama que podría ser ridícula y sin embargo alcanza una sensibilidad notable) ella pasa el tiempo sola en la casa descubriendo pinturas misteriosas tras el papel pintado y oyendo ruidos extraños y objetos que se mueven (el momento de la cuna meciendose por si sola es sutilmente aterrador) hasta que llega una matrona con pasado vinculado a la casa... y hasta ahí puedo leer.



Marchlands es una mini-serie de cinco episodios, lo cual se agradece puesto que un misterio irresoluble alargado a eternas temporadas llenas de paja y vueltas de tuerca inasumibles, se acaba volviendo inevitablemente fatigoso (no quiero dar ejemplos, para no hacer enemigos ya en mi primer post) y puede juzgarse como notablemente interesante en su escritura, eficazmente rodada, bien interpretada y por tanto altamente recomendable... a la espera de conocer su desenlace, puesto que en una serie de intriga lo satisfactorio de la resolución del misterio tiene obviamente un peso muy grande a la hora de valorar el producto. Por el momento, me declaro enganchado.


Antena 3 emitirá el desenlace de 'Marchlands' el miércoles 31.

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